Que palabras tan poderosas son las que pronuncio Jesús a la mujer en Lucas 13. Esta mujer había estado enferma por casi 18 años y estaba encorvada y no podía caminar. Por muchos años esta mujer no había podido tener una vida normal. Se tenía que acostumbrar a su estado físico y así seria para toda su vida. ¿Se imagina usted como habrá sido su vida por todo este tiempo? ¿Habrá perdido esta mujer la esperanza de volver al estado normal? ¿Se imagino que ese día vendría el Salvador del mundo y cambiaria su vida dándole sanidad? Me imagino que ya había perdido toda esperanza y que nunca llegaría el día de su sanidad.
Algunos de nosotros podríamos estar pasando por lo que esta mujer estaría pasando. Talvez en un estado físico o en un estado emocional. No es necesario estar enfermo para estar encorvado o sentirse mal. No es necesario sufrir un dolor físico para sentir un dolor del corazón. La vida en muchas ocasiones es injusta y parecer ser que esas injusticias nos tocan a nosotros. Es como si todo lo malo nos pasara solo y únicamente a nosotros y caminamos encorvados y con la vista hacia abajo. Es mas, algunos de nosotros hemos perdido las esperanzas que algo va a cambiar. Pero hay una esperanza y se llama Jesucristo el Salvador.
Crea usted que cuando Cristo lo llama a libertad, usted es verdaderamente libre de cualquier asechanza del enemigo. El enemigo lo ha querido tener encorvado, pero Cristo lo hace libre, lo sana y lo levanta. Solo tiene que escuchar sus palabras que le dicen hoy “eres libre de...” y usted ponga lo demás de la frase. Tenemos un Dios que para el nada es imposible. Ponga en sus manos sus necesidad cualquiera que esta sea y El lo librara. Sea libre de lo que lo hace estar encorvado.
Pastor Israel Hernández
La Casa de Dios, ministerio hispano de Christ Church
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