Como hijos
de Dios, debemos de aprender a discernir el amor no solo como algo que sale
dentro de nuestros corazones sino que se gesta de Dios mismo hacia nosotros. Cuando
amamos a alguien es el mismo Dios que se esta haciendo manifiesto en nosotros
para poder que podamos amar. Sin El no podemos amar a nadie, así de simple.
En este
tiempo que muchos necesitan del amor es importante amarles con el amor que Dios
pone en nosotros. Cuando pensamos que la fuente del amor es Dios entonces el
amar a alguien toma otra dimensión pues pasa de ser un simple sentimiento a una
razón verdadera de amar. Dios nos ha amado con su amor infinito para poder amar
a otros de la misma manera y así lo dice en su palabra “Un mandamiento nuevo os
doy: Que os améis uno a otros como yo os he amado, que también os améis unos a
otros” Juan 13:34
Pastor
Israel Hernández
“La Casa de
Dios” Ministerio Hispano de Christ Church
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